El Tabor

Tres hectáreas fueron nuestras.
Nuestras las iguanas de la siesta,el sauce llorón, las manzanas verdes,
el quincho y los rayos del sol.
Las ranas, los pinos y las luciérnagas,
los higos, las hormigas y las sandías.
 Nuestros los girasoles, la rayuela
,
l
os domingos y los inviernos.
Nuestras las sobremesas, los barcos de papel,
las golondrinas, los escondites y el ficus de Raquel.
Nuestras 
las hormigas,
las botellas sin vino, los disfraces y el amanecer.

Todas nuestras,
tres hectáreas de lágrimas.

LIRIOS


Quizás
cuando sepa explicar,
una lágrima de cristal
y estas palabras
se hundirán en el mar.

Entre estos lirios me río,
te miro, te vuelvo a mirar,
y suavemente me digo:

..y estoy yendo, por fin, adonde quiero llegar.

La palabra más grande del mundo

Sentí que lo amaba.
Se me ocurrió decírselo, pero me pareció que era muy pronto y aparte, no sabía cómo.
Después que mi cabeza y mi corazón se pusieron de acuerdo,
envolví un "te amo" en cinco cajas de distintos tamaños
ordenadas de menor a mayor
y viajé.
Nos sentamos entre árboles y hormigas que festejaban nuestra presencia.
El lugar, el clima y el momento eran perfectos.
Me temblaban las manos y no me salía una palabra.
Él tampoco decía mucho.
Abrió la primer caja, me miró. Abrió la segunda, me miró.
Cuando llegó a la última, dijo:
-Si adentro de esta, hay otra caja, me muero.
Por suerte no había otra.
La abrió.
Se quedó atónito durante algunos segundos (que parecieron horas).
Me miró y me mostró esa sonrisa
que me hace perder noción del tiempo y el espacio, y dijo:
-Yo también te amo.

Tu piloto

En Toulouse, siempre llueve a las tres de la tarde.
Los siete mil dos habitantes tienen los más caros y mejores pilotos del mercado del mund

(En proceso de corrección)



Licuado de

Zanahoria y palta.
Anaranjado y verde.
Mis pupilas se licúan
y Ricky, coqueteó con la muerte.
Ideograma de tu suerte:

Hormigas sobre un grillo inerte.

Hombres enumerados: PARTE 1

1) El Verdulero tiene un hijo, una serpiente y tres plantas. Se hace el músico y en realidad creo que a este mundo vino a dibujar.

2) Al Cartero, la tristeza lo visita seguido, la soledad lo persigue. Es un soñador con los pies en la alfombra.

3) El Tatuador pinta y hace música. Vuela dentro de su cabeza y no sabe compartirlo. Le gusta que piensen en él y lo demuestra. Viajar le hace muy bien pero no encuentra buenas compañías.

4)El Fotógrafo hace malabares, estudia Cine y filma paisajes. Se me pinta una sonrisa cada vez que sé algo de él. Nos conectamos a través de las líneas de J.L. Borges. En la arena y bajo las estrellas, espera mis noticias.

5)El Bajista vive por y para su música. Es su prioridad entre tanto vaivén. ¡Qué personita persuasiva! Le gustan las botas, los pañuelos, los violoncelos y está lleno de rulos.

6)El que anda en bicicleta, tiene aire de viajero. Vive escapándose de los problemas que lo rodean en su cuidad. Es feliz, y sino, lo disimula muy bien.

7)El virginiano vive activo, estudió Cine y Medicina, pero abandonó las carreras por la música. Toca en seis bandas y está grabando su primer disco solista. No le gusta estar solo, y sin embargo se escapa. Repito: el virginiano.

Mi andén

Respiré hondo y le dije:
-Me subí al tranvía.
Cuando quise, volver quedaba lejos ya.
Me dirigí sin dirección, sin ida, sin vuelta y sin razón.

Y con su mayor dulzura y tono de voz me respondió:
-En toda vía, hay estación.
Sólo con seguir tu dirección, encontrarás un andén
en el cual hallarás refugio, contención y una boletería,
con pasajes de avión.

Inicio

Comienzo de un nuevo correr del tiempo,

de un viaje en globo rojo,

de una fuga del pasado.

Comienzo de este nuevo atardecer,
que nos invita a pasar la noche juntos.

Viajes

En los cafés donde fui,
la realidad se sienta
a la mesa de lo que no sucedió.
Tengo familia en lo que se hizo mal.
La fatiga finge que sueña, ignora
su claridad terrible, no vuelve
a la dorada juventud.
Es una forma del sentimiento continuo
que ata a los pesos de un desastre,
En su envés hay viajes
que nunca haré.


Juan Gelman, Violín y otras cuestiones.

Aparece una orquídea entre las ruinas

Cumple sus promesas de nuncas:
Todo lo que hace mal, en él canta.
Crece octubre
con tu mirada
que no se inclina
y baila
y baila
como palabra sin ceniza
arriba, abajo, alrededor.

(Juan Gelman a Fito Páez)

Los sobrevivientes

Siempre que suena la pista siete
pasa el tren,
se corta la luz,
suena el teléfono,
estalla la guerra
o se hace la hora de cenar.

Me digo silencios

Todo hace el amor con el silencio.

Me habían prometido un silencio como un fuego,

una casa de silencio.

De pronto el templo es un circo y la luz un tambor.

Triste Oliverio

"La luna como esfera luminosa del reloj de un edificio público.
¡Faroles que fuman un cigarrillo en las esquinas!
(...) Y silencio de estrellas sobre el asfalto humedecido.
¿Por qué, a veces, sentiremos una tristeza parecida a la de un par de medias tirado en un rincón?
Noches en las que nos disimulamos bajo la sombra de los árboles, de miedo de que las casas se despierten de pronto y nos vean pasar, y en las que el único consuelo es la seguridad de que nuestra cama nos espera."

Vino, y habló

Ella tocó el timbre a las ocho y veintidós.
En realidad, golpeó mi puerta de madera a las siete treinta.
Yo la esperaba, sí. Puse mantelitos de colores en la mesa ratona, que combinaban con los almohadones. Sobre ellos nos sentamos cuando ingresó a casa.
-Traje vino.
-Qué rico- Dije, sonreí, y busqué dos copas.
Se llenó su copa después de decorchar la botella, mientras yo la miraba.
Como por acciones mecánicas, vaciaba su copa de un trago, volvía a llenarla y así sucesivamente. Sentí que la botella tenía infinitos litros de extracto de uvas.
Tal vez, ella necesitó sentirse vacía como cada una de las copas que se tomó, por eso dijo:
-Me ahogo en melancolía. Te extraño. Te tengo enfrente y te siento ausente. Me estoy ahogando cada vez más, y no te das cuenta. Sabés que algo pasa en mí, pero no entendés lo que necesito. A vos te necesito, a vos. Como hace cuatro años te tenía. Y quizás no tenerte me ayudó a ahorrar problemas, pero es que no puedo vivir sin resolverlos. Y que te preocupes por eso.
Prestame tu salvavidas, porque me hundo ahora mismo.

Pista de despegue

Vomitado por el viento,
desde ese NO radiante.
Qué sitio es éste, preguntas,
y yo, junto a las grietas de tu desmembración,
te he respondido:
el bosque es la memoria de sí mismo.

Me pides palabras.
Y yo las diré:
desde el instante en que aprenda a no darte nada.

Se caen de a una las notas

La música de fondo es
un violín desesperado,
un bandoneón que llora
a los gritos enloquecido.
El contrabajo se queja de la histeria femenina
mientras yo fumo un cigarrillo en el balcón-


¿Qué pasa con ustedes,

que suenan cada vez más taciturnos?

En mis ojos, la belleza descansaba

Fui yo que te pintaba, fui yo que te escribía, fui yo que te escondí, como un retazo de sol que envuelve a la mañana rosas blancas, tras el ozono azul de mis palabras, mentira que refulge a la luz del desamor,
cuando cae el telón de la ignorancia,
y la verdad nos ciega con su luz tan extraña.

No eras hermoso,
en mis ojos, la belleza descansaba.

Se me escapan las palabras

¡Uy! Fue un impulso: cuando me di cuenta estaba terminando de pronunciar la última sílaba de esa oración que no querías escuchar. Sencillamente, tu mente no es tan sencilla, y yo pensé de nuevo en voz alta. Y no: no te doy la razón esta vez: yo no busco la complejidad. Entendeme y ayudame, ¡que ella me persigue a mí!
Y finalmente, se dignó a golpear la puerta del amor.
Pero con las manos embarradas...

Gentil

La gentileza es primordial en una dama, por eso yo te pido por favor que no hagas eso, te agradezco que no me guardes rencor, y te pido perdón porque las cosas no salieron como planeaste.

Cuando escucho su voz

Él es mi música, mi desconexión.
Es mis recuerdos, tantos en una canción!
Vive en mí cuando escucho su voz.

Es mi fuerza, mi reacción,
mi verdad, mi decisión.
En mi mente, es un vicio más.
te perdoné y me perdoné:
ahora podemos ser amigos imaginarios.

A mi hijo varón.

Quiere leer detenidamente cada sílaba que digan mis manos, y que no se le escape mi sonrisa ni un segundo. Quiere que mi mirada autoritaria le pegue patadas en la nuca, y que cada vez que mis deseos aparezcan en sus sueños lo atrpeyen a cientotreinta kilómetros por hora, quiere sentir que las persianas del maxiquiosco se cerraron por diez años cuando yo pestanee. Quiere escuchar mi voz y abrazarla para que se calle, quiere que mi ombligo sonría y le cante el arrorró, rendirse cuando mis caricias pasen por su espalda, y enojarse cuando mis neuronas no se pongan de acuerdo. Quiere, antetodo, perderse en mis ojos.

Hablo de ella por primera vez: la muerte.

Se acabaron tus días. Los almuerzos en familia. Tus noches de insomnio. Las cenas en soledad. Las culpas y remordimientos. Las lecturas, las audiciones no existen más. Cada traición. Los rosarios rezados. Los vicios: tabaco, alcohol. Los negocios. Cada mentira y también cada certeza se esfumaron. Los recuerdos de la adolescencia. Los viejos juguetes de la infancia. El laburo. Las fotos de todas las cuidades donde fuiste. El gran sueño de tu vida. Cada sentimiento: la envidia, el cariño, la frustración, la esperanza, ya no son nada. Nada es lo que queda.
Cuando se termina la vida, la muerte se queda con todo lo que alguna vez tuvimos. Por eso yo no me voy a morir: ¡me voy a vivir!

Cómplices de arena

Y claro: si no se cae la repisa, se apaga el calefón, y agarrate si te olvidaste de eso que no te tenías que olvidar: ahí sí acordate de arrepentirte. Mejor ni te cuento que hasta te podés volcar el café en la camisola blanca, y se quema el foco: son las veintitrés horas, no hay ni media vela: olvidate de encontrar a la arveja que se fue rodando. Y para colmo, la radio te tortura con la canción que tarareaste todo el día y no sabés la letra. Pero tu abuelo te guiñó el ojo: símbolo de complicidad. ¿Te hubieses imaginado que Él sería la pizca de arena entre tanta cal?

A este simple lío: definirlo

Cualquiera puede estar loco.
Cualquiera puede estar cuerdo.
¿Quién define, acaso, los conceptos?
Depende de tu locura,
depende de tu cordura
absorber o no
esta basura.
No, dijiste.
Y bien lo respeté.

Esas palabras que me pedís,
yo no sé decir.
Escuchá justo este silencio,
que me vas a comprender por fin.


Vomitale tu verdad al viento,
que yo no soy tu confidente.
Pero no hagas caso a todo lo que escribo,
que se va a confundir tu inconsciente.

Parloteando.



Como cada cigarrillo que encendiste,
así fue cada amor que te di.
Ayer una orquídea te sonrió,
así, dijiste, soy cuando te miro.

Despojado quedarás

Despacito, voy escamoteando cada una de sus prendas.
Él tiene secretitos que todavía puedo descubrir.
Esas pequeñas incógnitas que paso a paso descifraré,
me muestran que hay algo más allá de su encubierto fondo.
Yo sé, muchacho,
que me escondes tantas cosas como las que me gustan de vos.

Arrecirse

Cuando encuentre mi paraguas, tal vez el reloj marque las tres, y el termómetro también.
Cuando mi bufanda dé la quinta vuelta alrededor de mi cuello, tal vez muera asfixiada.

Qu'est-ce que tu crois?

Yo creo que necesitás a alguien con quién tomar un café,
hablar del estado de Moscú,
correr bajo la lluvia,
inventar un sistema de numeración,
y hacer el amor.

Notre vie.

No te creas que esta vida es una película.
No hay escenas guiadas.
El final no se puede cambiar.
Podés lavarte la cara después de llorar.

"Si querés bailar,
tendrás que improvisar, mi amor."

Di tú por mí, Silencio.

No era hoy un día de palabras,
intentos de poemas o discursos,
ni ningún camino era nuestro.
Para decirnos bastaba sólo un acto,
y ya que en las palabras no me salvo,
di tú por mí, silencio, lo que no puedo.

José Saramago, "En esta esquina del tiempo"

Los ojos se elevaban tanto,
que terminaban ocupando
un sitio en cada estrella.

El subjetivo


El tiempo está demasiado pendiente de nosotros.

Dos tipos de relojes nos persiguen:
El de la espera, que siempre se atrasa.
Y en el de la despedida, pareciera que las agujas corren apuradas
para no perder el último tren.

Acá con vos, allá conmigo.


Puente
hermosa unión
entre tu aroma
y mis sentidos
Puente
mostrándome la distancia
entre tus pestañas
y mis sentidos
Puente
que mantiene tanto espacio
entre tu piel
y mis sentidos.