No, dijiste.
Y bien lo respeté.

Esas palabras que me pedís,
yo no sé decir.
Escuchá justo este silencio,
que me vas a comprender por fin.


Vomitale tu verdad al viento,
que yo no soy tu confidente.
Pero no hagas caso a todo lo que escribo,
que se va a confundir tu inconsciente.

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