Cuatro viernes al mes.
Y pasaron 2 años. Con el tiempo se les volvió una necesidad experimentar nuevas formas de conocerse. Sus personalidades giraban noventa grados y todo era diferente. La realidad no tenía voz ni voto. Valía sólo la imaginación. Vidas inventadas. De principio a fin.
Y de vuelta la cabeza choca a la pared.
Muy bueno!!!
ResponderEliminar¡Me gusta tu Blog!
¡¡¡Un saludo!!!